sábado, 18 de octubre de 2014

Meditación, Diana Sánchez


Sobre el Ser y su morada en el interior. Más allá del yo pienso

Cada vez que tengo un tiempo para mí, para pensar, no dejo de preguntarme ¿Qué soy? En esta ocasión me preguntaré lo mismo pero trataré esta cuestión con mayor importancia. No dejaré que pase por mi pensamiento de manera fugaz, esta vez retendré la cuestión en mí y le daré la importancia que tiene.
La pregunta me aqueja cuando camino por la calle pero cuando me dispongo a meditar sobre ella: el grito de alguien, el ruido de los carros, las voces, el viento, la sonora cotidianidad distraen mi pensamiento. En otras ocasiones en medio de los trabajos del hogar y los compromisos universitarios resuena de nuevo, pero vuelve a escaparse de mí cuando recuerdo lo rápido que pasa el tiempo y lo poco que he avanzado en las labores diarias. Cuando veo a mi hijo y juego con él, creo ver en sus ojos, como a través de una ventana, su interior; esta vez ya no es la pregunta la que resuena en mí, esta vez veo una fuerza que me impulsa al encuentro con la verdad, al encuentro con alguna respuesta.
Quiero en esta ocasión buscar un refugio para meditar; afortunadamente en Bogotá todavía se encuentran lugares en los que se puede respirar aire fresco, apreciar el movimiento de los árboles y ver algunas mariposas. Pero sobre todo busco un lugar silencioso y tranquilo. También tengo conmigo algunos alimentos como frutas, queso y leche que me darán la energía que necesito y me ayudarán en caso de que el hambre me interrumpa.
Veo en los árboles el movimiento, las mariposas volar encima de las flores, veo el movimiento de las nubes y me pregunto ¿Qué es lo que mueve estas cosas? ¿Será acaso algo en su interior? ¿Qué me ha movido hasta aquí? ¿Qué puede haber en mi interior que dé respuesta a lo que soy?
Hasta ahora he entendido que soy cosa pensante, pero esta afirmación parece durar muy poco, pues esta identidad dura mientras la pienso, mientras tengo conciencia de que soy cosa pensante. ¿Puede acaso una idea tan fugaz constituir mi ser? Ésta idea puede fundamentar la ciencia, puede constituir un principio para el conocimiento, incluso puede ser un criterio de verdad, pero acaso puede responder a la pregunta ¿qué soy? Parece que la pregunta por el qué soy no se agota en el yo pienso. ¿Qué le pasaría a Descartes en su viaje al interior? ¿Acaso solo pudo encontrar el yo pienso? ¿No existe algo más?
Me detendré un poco en las preguntas y volveremos a la naturaleza. Parece que, en las cosas, el movimiento se da por otras es decir, por la relaciones de unas con otras, es cierto también que a veces me parece que tuvieran una fuerza intrínseca, porque puedo contemplarlas como si se movieran de manera independiente y no en relación. Pero cuando lo pienso mejor me es difícil contemplar un árbol fuera de la naturaleza, es como si al contemplarlo de esta manera (apartado) perdiera la fuerza que lo mueve. Entonces entenderé que las cosas de la naturaleza se mueven en relación.
Aun no encuentro alguna razón para entender que no solo soy cosa pensante, sino también cierta fuerza y además las preguntas se han multiplicado. ¿Es posible que la fuerza que mueve la naturaleza, sea la misma que constituye mi ser? Pero, ¿entonces mi ser se mueve en relación con qué? ¿O existe una fuerza intrínseca en mí? ¿Será ésta mi ser? Tomaré un descanso, me siento agotada y creo que es necesario detenerme, no quiero que me invada un afán por terminar, por concluir la meditación; comeré un poco de las frutas que he traído y tomaré un poco de leche, en verdad no creo que pueda entenderme como un objeto pasivo que dependa de otro para moverse, pues veo que cuando llueve corro para no mojarme y puedo entender que la lluvia hizo que me moviera. Pero es cierto también que muchas veces cuando llueve me he quedado quieta viendo como las gotas caen sobre mí.
Entonces existe una fuerza en mí que hace que me mueva o que decida quedarme quieta, una fuerza que me motiva también a entenderme como cosa pensante. Quiero dejar claro que primero soy una fuerza y luego puedo entenderme como cosa pensante. Soy una fuerza que piensa, que siente, que se mueve por sí misma, que no necesita permanentemente ser movida por algo de afuera; es una fuerza que está dentro mí y que soy yo, la que me impulsa a conocer, a amar, a temer, a soñar, a pensar.

Hasta aquí he podido afirmar que soy fuerza antes que cosa pensante y que de manera dudosa aún, parece que no necesito ser movida por nada fuera de mí. Es todo por hoy, creo que resuenan otras preguntas que no traté en esta meditación y son: ¿Cuál es el origen de esa fuerza? Sé que reside en mi interior ¿Pero seré yo misma la que la produce o acaso algo externo a mí? ¿Puedo yo producir una fuerza tan grande que me constituya cómo ser? ¿Será obra de alguna otra fuerza, tal vez mayor? Me es necesario meditar después, por ahora debo irme, la cotidianidad reclama mi presencia, es necesario incorporarme en el tiempo nuevamente y volver a la vida práctica.

4 comentarios:

  1. Diana, me parece interensante la manera cómo haces del silencio y de la distancia con el mundo una condición de la meditación ligada a su objeto, que en este caso traes a la meditación con el criterio de la importancia. (Confronta la discusión con Edwin en la página de coordinación de las reuniones virtuales)

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  2. Me gustó mucho está meditación, me parece un ejemplo bastante bien construido del ejercicio de meditar. Logra describir de una manera muy detallada el espacio, pero además el estado que se necesita para meditar y comparte la experiencia de su propia meditación, de manera que sus interrogantes abren la posibilidad para qué las y los demás también nos cuestionemos sobre ellos.
    Por último me gustaría si pudiera responderme dos preguntas: ¿ qué lugar buscó o utilizó para su meditación? y en el tercer párrafo de su meditación ¿ A qué se refiere cuando dice que las cosas se mueven en relación?

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    1. Buenos Dias, Gracias por tu comentario, el lugar que utilice fue el Parque Nacional. En cuanto a la otra pregunta, me refiero a que las cosas de la naturaleza parecen moverse en una relación de causalidad, lo que en este caso seria apuesto a una voluntad que se diera en las cosas de manera particular. pues creo que la naturaleza de forma general, parece mostrarnos cierta voluntad, pero cuando la pensamos en cada uno de los elementos que la componen, se percibe alguna relación causal.

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    2. Gracias Diana por tú respuesta.

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