miércoles, 19 de noviembre de 2014

Escritura espontánea, Juan Sebastián Navarro

En este momento puedo escuchar música, hablar con más de cinco amigos, ver noticias y todo desde el mismo dispositivo, la computadora. La comodidad que ha brindado el avance de las tecnologías es tal que se puede hacer de todo sin salir de la casa. No obstante, esto fomenta un sedentarismo terrible, las personas en general no hacen ningún tipo de deporte o ejercicio, se la pasan sentados.

La ventaja es que yo no debo preocuparme por ello, todos los días me levanto a las 6:50 am, para estar en el gimnasio a las 7:00 am, y ejercitarme hasta las 8:30 am, llegar a la casa a las 8:40 am, desayunar, arreglarme, realizar los trabajos para el día. Si es posible adelantar un poco la tesis, dirigirme a la universidad alrededor de las 2 pm y tener clase hasta las 5 pm. Luego debo dirigirme hasta el centro de lenguas de la Universidad puesto que tengo un curso de inglés de 6 pm hasta las 9 pm. Por tanto, estoy llegando a la casa alrededor de las 10 pm. Podría decir que tengo una agenda un poco ocupada, y sí, pero me alegra tener mi mente ocupada en tantas cosas y a pesar de todo puedo dormir las 8 horas recomendadas, aprender un nuevo idioma, estudiar filosofía y hasta ejercitarme.

Los fines de semana descanso, descanso haciendo la tesis, como tal no es un descanso pero realizo menos actividades de las acostumbradas. Ahora bien, algunos podrán decir que no tengo tiempo para el ocio pero se equivocan; me dedico a las pesas y creo que eso es ocio. Pero si no lo ven así, también tengo vida social los sábados, ya que salgo a bailar y de vez en cuando a tomar, también tengo novia y procuro verme con ella cada semana.

Tú, sí, tú. El que está leyendo este trabajo o el que lo está escuchando, puedes decir que no tiene ningún fin, pero para mí es tan importante como una comida, pues en este trabajo, realicé catarsis acerca de mis días, es más, podría atreverme a decir que este escrito puede servirle algún antropólogo en unos 500 años pues da cuenta de la vida cotidiana de una persona común. Además, si queremos resaltar un proyecto filosófico en este escrito podríamos hablar existencialmente pues en él se plasma cómo una persona en particular vive sus días, anhela su propia dicha, busca su propio camino, labra su propia suerte y sabe que algún día dejara de ser lo que es.

Si me pregunto a mí mismo qué era hace 22 años puedo decir con seguridad que era nada, y si me preguntase asimismo qué voy hacer en 150 años podre asegurar que nada, a menos que logré vivir tanto tiempo, que no creo. Voy a ser corpóreamente más nada que algo, y sin embargo, prefiero seguir jugando este juego llamado vida, aprovechar la posibilidad de existir, danzar al ritmo de la existencia.

Alguna persona puede preferir suicidarse y deja de prologar lo inevitable, la muerte. Empero, tomar esta ruta es dejar de sentir todas estas sensaciones que únicamente se pueden experimentar en vida; cada gota de lluvia, cada rayo de sol, experimentar el amor y vivir la tragedia, estar feliz un día y enfermo un mes. Un millón de sensaciones que sólo alguien que existe puede apreciar, no las recordaré cuando sea nada, pero mientras soy algo, tengo el placer que la nada no tiene, y es ser. Ser algo que ocupa un lugar en el espacio, pertenece a un tiempo, posee sensaciones, realmente soy un conjunto de todo; colores, formas, habilidades, emociones, etc. Soy todo menos nada. Soy, y si soy es porque vivo y vivir es un privilegio que la nada no tiene.

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