jueves, 23 de marzo de 2017

Yesica Cortés, Carta


Bogotá, 16 de mayo de 2016


Para: Amigo Anónimo

Te dirijo esta carta porque en nuestras diferentes conversaciones sale a flote el tema de vivir el presente, dado que tú lo prefieres de ese modo. Ahora que leo a Séneca y en especial para el tema concreto de esta carta su tratado sobre la brevedad de la vida quise procurar entenderla en harás de ver qué significa eso de vivir el presente. Eso que constantemente defiendes.

En Séneca entiendo el tiempo como algo que está en constante relación con la vida. Con esa vida que a veces parece ser corta, razón por la cual tu tratas de vivir ese presente y no ocuparte ni de los vestigios del pasado, ni de planear el futuro. No obstante, la vida solo podría ser corta, desde la perspectiva de Séneca, si no se la aprovecha, si no se invierte el tiempo adecuadamente. Es una cuestión que en este autor parece estar ligada con la buena administración de la vida.

Pero ¿qué implica invertir bien tiempo? Verás, invertir bien el tiempo para Séneca es ocuparse de sí mismo. Algo que en esta época y en este contexto poco se hace. Somos la extensión de otros, de nuestros jefes, de nuestras parejas, de nuestros amigos, en fin, no somos, ni hacemos para nosotros mismos, sino que nuestra vida se ocupa de complacer a otros, esto ya sea en términos laborales, económicos, sentimentales, etc.: “Ninguno se ocupa de sí mismo, cada uno se desgasta por el otro” (Sobre la brevedad de la vida III, 4) Sé que entiendes de lo que hablo, se también que te aburres constantemente en tu trabajo, de producir para los demás y sobre todo, te molesta no poder dedicar mayor tiempo a leer y a escribir. Y es que el tiempo que se vive realmente es el tiempo que se invierte en sí mismo. De otro modo, ese servir a otros, ese no estar consigo mismo es la propia muerte: “Haz memoria de cuándo te has mostrado firme contigo mismo en tus propósitos, de cuántos de tus días han terminado como tu habías previsto, de cuándo has tenido provecho de ti mismo…” (Sobre la brevedad de la vida III, 3). La verdadera muerte se encuentra en la ausencia de provecho en la vida misma.

Entiendo tu deseo de vivir el ahora, porque no quieres empezar a vivir (como lo proyecta mucha gente) cuando ya no se tiene energía para hacerlo, no quieres llegar a la vejez esperando vivir con las sobras de vitalidad que te quedan, porque “nadie te restituirá tus años, nadie te devolverá de nuevo a ti mismo” (Sobre la brevedad de la vida III, 5).

Pero no te desanimes, mientras tu tiempo libre, tus momentos de ocio estén direccionados a ponerte en contacto con los sabios de otras épocas, de otros tiempos y de otros lugares, mientras estés libre y siempre estés dispuesto a serlo para darte encuentro con la sabiduría, y para aprender, nada será en vano, solo de esa manera estarás vivo. Aprovecha el tiempo ocupándote de ti, llevándote a lugares mágicos que no solo se conocen con dinero, esos lugares que nos ofrece una buena lectura, se firme y disciplinado en tus convicciones, escribe si es la única manera en la que te puedes liberar de la esclavitud de una sociedad capitalista. Eso significa para mí, a partir de Séneca, vivir el presente, aprovechándolo en verdad.

Atentamente,

Yesica Cortés A.


Referencia bibliográfica
Séneca, L. (2008) Sobre la brevedad de la vida, en Diálogos. Madrid: Gredos. 

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