miércoles, 21 de septiembre de 2016

Diálogo, Andrés Atehortúa


Charla acerca del cambio

-Eliecer: Mija, imagínate que me dieron en la empresa unas boletas para ir a unas actividades de recreación. Me dijeron que va a haber música, aeróbicos, baile y deportes de esparcimiento. Pero yo no sé si a Paola le den ganas de ir con nosotros. ¿Tú qué crees? ¿Será que ella se anima? Porque de Carolina no tengo problema y sé que ella si va.

-Ana: Hay mi vida, pues la verdad que yo no sé. Ella es una muchacha tan rara.

-Eliecer: Si, esa niña en vez de estarse moviendo y gozando la juventud se la pasa sólo leyendo y encerrada en la pieza, vaya uno a saber qué es lo que hace allá adentro. Qué mamera que uno en esta casa nunca pueda hacer una actividad en familia.

-Ana: Pero tenle un poco de paciencia, yo me acuerdo que a su edad a mí tampoco me gustaba salir mucho y eso no significaba que fuera una haragana. Lo que pasa es que yo sentía que toda mi energía y todo lo que podía lograr debía estar en reposo para más adelante invirtiéndolo en llegar a ser lo que yo quería.

-Eliecer: Cómo así, no te entiendo.

-Ana: Sí amor, me refiero a que en esa época yo soñaba con ser pintora y aunque se decía que en mi familia había tradición de pintores y dibujantes, cuando decidí empezar a dibujar aun no era, por lo menos, una dibujante decente y sentía que en ese momento estaba sentenciada a no ser lo que quería. Entonces por eso decidí que aunque no fuera ya la gran dibujante, para luego ser la pintora que quería ser, intentarlo, y que mi actualidad no iba a determinar el no ser pintora en algún momento de mi vida y por eso me encerré en mi pieza a practicar y practicar.

-Eliecer: Claro, y soy consciente de que el hecho de que tu estés en una situación que parece inmodificable, eso solo pasa en un presente y el futuro puede cambiar para que seas algo que antes no eras. Pero es que a veces yo veo a Paola tan tranquila, que no valora el tiempo cultivándose de mejor manera, además que no valora compartir momentos con nosotros.

En ese momento entra Carolina cantando y simulando unos pasos de dance hall.

-Eliecer: En cambio mira a Carito, mantiene tan feliz, como goza y es una buena deportista.

-Ana: Pero es que todo cambia de alguna manera, y aunque no quisiera, muchas cosas de Carolina pueden cambiar y otras… pues se van a mantener aunque para mí ella seguirá siendo Carolina, solo que más grande y más estudiada. Y eso también va a pasar con Paola. Ella seguirá siendo Paola solo que con unos cambios. Inclusive yo era así -como Paola- cuando chiquita: callada, más bien quietica, pero eso no significaba para mí que no estuviera moviéndome y siendo laboriosa. Y luego hubo un cambio y me volví más activa, pero igual yo me sentía la misma, así mis papás no lo vieran porque ellos veían las cosas de otra manera.

-Eliecer: Sí, pero también hay que tener en cuenta que uno debe confiar en sus observaciones y muchas veces ellas tienen la razón cuando se trata de ver gente que no cambia, es como si fueran uno para toda la vida. Y con esa actitud de Paola parece ser que lo que la gente es nunca puede cambiar, y a ella la veo tan cómoda que eso ratifica mi posición frente a ella.

-Ana: Y ¿a qué posición te refieres?

-Eliecer: Pues sí mija, me refiero a que hay gente que con ayuda de la comodidad se quedan en lo que son y más si vienen de una condición de largo tiempo, es como si no existiera posibilidad de cambio.

-Ana: Pero eso sería negar el cambio y el hecho de que en nosotros se dan constantemente situaciones contrarias que nos obligan a decidir, como si esos contrarios fueran unos principios para conservar o cambiar lo que somos.

Se acerca a ellos Carolina con una amplia sonrisa.

-Carolina: Y ahora por qué están peleando.

-Ana: No mi amor no estamos peleando, lo que pasa es que a tu papá le disgusta mucho que Paola nunca se integre en los planes que hacemos, y yo la estoy defendiendo porque yo sé que lo que él piensa, de que ella no se mueve casi y que no va a cambiar, es un poco apresurado para una persona tan joven.

-Carolina: Pues mami, a mi Paola siempre me ha parecido medio rara. Un poco aburrida para mí gusto. Pero ¡que se le puede hacer! todas las personas son distintas en muchas cosas, pero por eso no dejan de ser personas. Y ante todo personas agradables, solo que de otra forma.

-Eliecer: ¡Ah! ¡Tú también te le vas a unir a tu mamá y justificar la pereza de tu hermana!

-Carolina: No papi, no es eso, lo que pasa es que no se puede concluir algo partiendo de suposiciones que tomamos como verdaderas. Porque yo me he dado cuenta de que a veces juzgamos las partes por el todo y al todo lo confundimos con partes o aspectos que no definen los asuntos en cuestión como si fueran los más importantes.

-Eliecer: ¿O sea que me estás diciendo que no sé ver las cosas por sus propiedades reales?

-Carolina: No papi, qué pena, no es que yo lo esté poniendo así. Solamente digo que a veces uno confunde algunas características como si en efecto fueran la persona. Y eso parece que sucediera en casi todo. De hecho, ¿te acuerdas que cuando yo estaba en transición tú me regañabas por pintar el cielo naranja con rojo y mi mami me defendía diciendo que el cielo tiene muchos colores?

-Eliecer: Sí me acuerdo de eso. Pero es que ¿cuándo de verdad has visto un cielo naranja con rojo?

-Ana: Pero es que Eliecer, en un atardecer en verano los matices del cielo varían desde un azul índigo, pasando por el gris de unas tímidas nubes hasta llegar al amarillo dorado del sol poniente, dando al final un rosado cercano al rojo donde el cielo parece fundirse con la tierra. Y no por eso el cielo deja de ser cielo.

-Carolina: SÍ… SÍ, eso es lo que yo quiero decir, porque aunque la experiencia nos muestre que la base de color del cielo en un día sin nubes es azul. No hay que desconocer que en determinados momentos su color cambia.

-Eliecer: Tal vez las dos tengan razón en decir que hay cosas que aunque cambien en algo, su base o lo que es se mantiene. Pero es que hay características que son tan propias en muchas personas y cosas que si ellas desaparecieran desaparecería la persona o la cosa.

-Ana: Tal vez estés en lo cierto, más aun cuando todo este problema pareciera recaer en la manera como hablamos y nos referimos a los seres que hay por ahí. Pero creo que el problema es que estás pensando que existe una sola manera de definir y por la cual podemos entender a alguien o a algo, y quizá ese sea el error. Estás pensando que puede haber una sola manera de definir a la gente, y en ese error estas cayendo al anticiparte sobre Paola. Porque yo no creo que ella se puede definir solamente como una niña apática y aburrida o perezosa. Y pienso que se puede decir sobre alguien muchas cosas para definirla.

-Eliecer: ¿Entonces me estas queriendo decir que existen maneras casi hasta llegar al infinito de definir o conocer a alguien?

-Ana: No, me refiero a que existen varias maneras y eso no significa un número infinito, pues una cosa es ser muchos o varios y otra es infinito. Además si algo fuera infinito en características las definiciones serían tan variadas que nadie podría conocer realmente, porque ¿quién tiene la razón?

-Carolina: Está discusión no llegará a ninguna parte, y yo sin haber estado desde el comienzo ya me estoy aburriendo. Por eso yo prefiero que los hechos hablen. Papi más bien espera un poquito y yo habló por la tarde con Paola y le digo lo de las boletas, yo sé que puedo animarla a salir, porque sé que en el fondo ella no es solamente lo que nosotros creemos de ella, sino mas bien, alguien que se muestra de muchas formas y no por eso va a dejar de ser tu hija y mi hermana mayor.

-Eliecer: Pues la verdad lo dudo, pero yo ya me cansé de gastar voz diciéndole que salga con nosotros, entonces ahí les dejo ese problema y ojalá me dejen callado al mostrar que estoy equivocado sobre ella. Y es una pena porque es mi hija y la quiero como no lo pueden imaginar. Pero en la vida he aprendido a desistir cuando las armas que posees ya no dan más, y ceder el terreno a otros mejor dotados. Voy a estar arriba arreglando la fuga del baño.

-Carolina: Ánimos papi, ánimos que yo puedo animarla, ve juicioso para arriba y relájate.


Carolina sube a su cuarto, mientras Eliecer empieza a alistar las herramientas para corregir la fuga y Ana continúa arreglando unas verduras para el almuerzo. Dando por terminada la conversación. Por ahora.

Tema: Aristóteles, Física, I, 1; II, 1-7.

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