miércoles, 5 de octubre de 2016

Carta, Miguel Ángel Espitia


Bogotá D.C 8 de septiembre del 2016

Mi querida Z ….

He guardado silencio por mucho tiempo, pero hoy es un día muy especial puesto que llegó a mis manos un libro cuyo tema me hizo recordar aquellos días en los cuales hablábamos y no sentíamos ni el movimiento ni el tiempo. Te preguntarás cuál es ese libro, pues bien es la Física de Aristóteles específicamente el libro VI donde refuta las paradojas de Zenón sobre el movimiento. Zenón de Elea presenta cuatro argumentos en contra de la realidad del movimiento (la dicotomía, la carrera, la flecha y las filas en movimiento), porque para este el movimiento no es posible debido a que la realidad es una y no se puede dividir. Lo anterior es debatible, si se dice que las conclusiones de Zenón no implican una aceptación de la unidad, sino que son una crítica a los absurdos tanto del monismo como del pluralismo.

Pues bien, todo lo anterior me hace escribirte porque estos temas son como tú dices: “complicados” según sea la perspectiva mediante la cual se aborde la problemática. Aristóteles refuta directamente los argumentos dado que para este Zenón comete falacias, es decir, lo postulado por Zenón es engañoso. El primer argumento de Zenón es el de la dicotomía que consiste en la divisibilidad Ad infinitum de una extensión, por ejemplo, existe un punto C desde el cual se inicia el movimiento y un punto D al cual se tiene que llegar, pero antes de llegar a la meta se tiene que recorrer primero la mitad de la distancia antes de llegar al final, y de esta se tiene que recorrer la mitad de la mitad y así Ad infinitum; de lo que Zenón deduce que no es posible el movimiento. A lo anterior, Aristóteles responde diciendo que el infinito se dice en dos sentidos: a) infinito en extensión e b) infinito en divisibilidad. Lo anterior, es a causa de que en un continuo hay un infinito de mitades en potencia (dynamis) pero no en acto (entelékheia). Por lo tanto, Zenón comete una falacia dado que aplica la divisibilidad a la extensión más no al tiempo.

El segundo argumento es el de Aquiles y la tortuga, se parece al anterior, la diferencia es que ya no se trata de un punto inicial y uno final, sino simplemente de que Aquiles no puede alcanzar a la tortuga puesto que esta tiene una ventaja, por lo tanto, Aquiles tiene que llegar primero a donde estaba la tortuga, pero la tortuga ya avanzó la misma distancia, y así sucesivamente Ad infinitum. Aristóteles dice que sucede lo mismo que en el argumento anterior, puesto que es posible recorrer en un tiempo finito un espacio divisible infinitamente y así Aquiles alcanza la tortuga.

El tercer argumento para mí es el más genial de todos, puesto que va una flecha por el aire y Zenón dice que no está en movimiento debido a que el reposo consiste en estar ubicado espacial y temporalmente en un lugar. Y si se tiene en cuenta lo anterior e identificamos el “ahora” de un tiempo consecutivamente, la flecha siempre está en reposo. Esta visión del tiempo como una sucesión de “ahoras” es brillante, ya que solo disponemos del instante y se tiene que disfrutar de lo que se vive en ese instante como muy bien tú me lo decías, sin andar pensando en un futuro dado que las cosas pueden cambiar drásticamente, por ejemplo, uno puede pasar de ser un extraño para alguien a ser una persona especial en menos de una semana, pero de igual manera volver a ese lugar de extraño en menos de dos días, como bien lo sabemos. Pero bien para Aristóteles esto no es posible ya que el tiempo no está hecho de muchos “ahoras” consecutivos.

El argumento del estadio es el siguiente, una fila de cuatro objetos esta inmóvil otras dos filas están respetivamente a la derecha y a la izquierda, estas se mueven con velocidad constante e inician el movimiento en la mitad de los objetos inmóviles, hacia la derecha e izquierda respectivamente. Cuando termina el movimiento y quedan todas ordenadas en tres columnas el primer objeto de una fila ha recorrido (con respecto a la otra fila en movimiento) cuatro objetos mientras que con respecto a la fila que está en reposo solo recorrió dos objetos, por lo tanto, la mitad de un tiempo dado es igual al doble del mismo. Así Zenón concluye que no hay movimiento, a lo que responde Aristóteles que este está en un error creyendo que un cuerpo en movimiento pasa con igual velocidad a cosas que están en reposo y en movimiento.

Los temas del movimiento y del tiempo son maravillosos, uno encuentra muchas argumentaciones a favor y en contra, desde mi postura el movimiento existe como una realidad física sin discusión, pero lo que sí se puede discutir es la idea de movimiento que produce nuestro aparato cognitivo. Para finalizar, espero leas toda esta carta y te enteres de la fuerza sobrenatural que habita en mí y me hace estudiar filosofía. Sé feliz.

Un tal Ángel Espitia

Tema: Zenón, Fragmentos; Aristóteles, Física, VI, 1-2, 9.

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