viernes, 12 de febrero de 2021

Diario, Angie Bernal

Leer a Segato en esta ocasión me dejó una sensación desgarradora, pues aunque siempre pensé que mi madre solo fue una… pienso en el primer contacto: ser amamantada. Mi mamá no pudo amamantarme durante mucho tiempo, de hecho, al mes tuve que adaptarme a un biberón y no fue fácil… eso decía.

Me parece desgarrador el vínculo que se rompe, pienso en que al nacer hay muchas rupturas, llegar al mundo no es nada fácil… pero tampoco desprenderse del ser que te acunó en su vientre tanto tiempo.

Y aunque «madre solo hay una» hoy reconozco a esas otras mujeres que estuvieron a mi lado, que me vieron crecer y que lucharon conmigo. Siento que debo reivindicarme con ellas, porque siempre sentí que debía una lealtad a mi mamá que me hacía desconocerlas, desconocer todo su apoyo y cuidado. Siento que las violenté, las borré y fui indiferente ―porque madre solo hay una―.

Lo lamento y lamento aún sentirlo así, es algo que debo deconstruir, pues no quiero ser indiferente con otras mujeres que fueron fundamentales en mi crianza.

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