viernes, 12 de febrero de 2021

Sistematización de diarios, Camila Parra

Universidad Pedagógica Nacional 

Licenciatura en Filosofía-Seminario de contemporánea II 

Camila Andrea Parra Hernández 

Sistematización de los diarios 

 

Conceptos directos 

Emociones 

Experiencias 

Preguntas 

Dolor 

Tristeza 

Angustia 

Ansiedad 

Derivación de experiencias traumáticas relatadas de manera intimista frente a “hechos” que marcan, el cuerpo y la vida. 

 

¿De qué maneras se pueden sublimar las emociones derivadas de las experiencias dolorosas? 

 

¿Cómo resignificar el dolor? 

 

Cuerpo 

Ira 

Miedo 

Alusiones a la negación del cuerpo en relación con experiencias traumáticas derivadas de violencia intrafamiliar, sexual y el uso de anticonceptivos. 

¿Cómo reconciliarse con el cuerpo después de negarlo por experiencias traumáticas? 

 

 

 

Violencia 

Ira 

Angustia 

Ansiedad 

Acontecimientos relatados desde “errores” mínimos, palabras o golpes que ha provocado un uso excesivo de la fuerza causando heridas emocionales (abiertas) y marcas en la piel (cuerpo).  

¿Cómo identificar el lenguaje que deriva en actos violentos para las personas? 

 

¿Cómo modificar o resignificar una relación basada en la violencia? ¿es posible? 

 

 

 

Silencio 

Miedo 

Pasividad instaurada frente a acontecimientos violentos enmarcados en la “normalidad”. 

¿Cómo evitar la revictimización de personas que han sufrido acontecimientos traumáticos como la violencia sexual? 

¿Por qué se revictimiza? 

 

 

Conceptos estables 

Conceptos transversales 

Dolor  

Cuerpo 

Violencia 

Silencio 

Violación 

Pasividad 

Poder 

Identidad 

Transgresión 

Género 

Sometimiento 

Control 

Acontecimiento 

Olvido 

Sanación 

 

Articulación de preguntas  

Contexto 

Estos diarios surgieron en momentos complejos. Durante la relación de mi mamá y su novio, me topaba con peleas que a veces ni entendía. En varias ocasiones terminé en el centro de las discusiones, mi mamá afirmaba que yo no la defendía del señor que la agredía, al intervenir, me ganaba gritos culpándome por su “soledad”. Esto siguió un tiempo largo, puse una denuncia por maltrato al mismo tiempo que intentaba seguir con mis estudios académicos. Después ellos se separaron y mi mamá comenzó a invadir todas mis esferas sociales, no podía salir sin ella, y si estaba ocupada me interrogaba insistentemente. En varias ocasiones fui de visita a casa de mi papá, me quedaba allí pocos días, sin embargo, ella me llamaba a culparme porque tenía miedo e iba a morir sola, situación repetitiva hasta que dejé de salir casi totalmente. Luego el ciclo se repitió, volvió con su novio y me dejo “en paz” un lapsus de tiempo, aunque poco después retornaron las dinámicas. He intentado, hablar con ella, le he sugerido ir al psicólogo, pero no he podido convencerla de nada. 

Actualmente existen peleas por mis mascotas, ella dice no tener ninguna responsabilidad sobre ellos, le desespera no tener control sobre dos gatos que responden a su mal carácter de manera traviesa y destructiva. Un día le dije que utilizaba las mismas expresiones de su madre: “yo ya crie a mis hijos no tengo responsabilidad con mis nietos” (y si son mis hijos adoptivos).  

Análisis de mi experiencia 

Mis unidades de análisis están profundamente ligadas al concepto dolor, escribo para sublimar ciertas emociones. A veces me enfoco en hechos muy concretos para evitar altercados sobre conceptos y prácticas del territorio cuerpo (identidad), mi muestra de autonomía feminista, molesta a ciertos compañeros. En muchos de estos diarios, aunque reiterativos, hice alusiones breves a experiencias previas, intenté identificar la violencia normalizada en mi cotidiano, siento haber contado historias con diferentes palabras y trasfondos significativos.  

Un texto que quizá me marcó mucho fue Nuestros cuerpos, nosotras. Derechos reproductivos del libro El feminismo es para todo el mundo de bell hooks, no quise hacer un diario de este, porque para mí es algo traumático. Tuve una experiencia devastadora con anticonceptivos, en el afán de mis padres por evitarme un “error” (bebé) joven, acabaron con mi órgano. Las hormonas inyectadas mes a mes para engañar a mi cuerpo evitaban que ovulara, esto causo muchos malestares: dolor de cabeza (migraña), subida de peso, aumento de estados depresivos, acné, síntomas insoportables. Me pregunté si era dueña de mi cuerpo, tener que someterme me causaba gran ansiedad, por más que advirtiera no me escuchaban. En esa desesperación sugerí un cambio del método, que no implicara hormonas, me encontré con la T intrauterina (un método muy doloroso). Fue instalada unos días después, mi cuerpo no la aceptó y en un descuido provocó que un ovulo fecundado quedara atrapado en la trompa izquierda causando desgarre al órgano, hemorragia interna progresiva y una posible perforación. Resentía las 16 horas con hemorragia interna, sentía mi cuerpo apagarse lentamente. Después de la recuperación pasó un tiempo extenso, en dónde las noches con baja temperatura causaban un dolor insoportable. Creo que los métodos de planificación no son “malos” si son usados a plena conciencia y no por imposición, muchos pueden destruir nuestros cuerpos, no nos informan detalladamente sobre ellos ¿Por qué solo nosotras debemos asumir la anticoncepción? Me he encontrado con muros gigantes al hablar esto con “hombres”, pues su crianza no les deja ver su responsabilidad, claro esto también pasa con “mujeres”, que justifican de una u otra manera acciones violenta sobre su cuerpo y los demás. 

A veces una no se percata cómo le imponen el silencio y el olvido, la normalización de acciones, palabras, enlazadas a una moral que impone y subyuga la voluntad. Para mí fue difícil darme cuenta de todo esto, cada matiz derivado de micromachismos, el uso del lenguaje, las acciones y las relaciones establecidas en una cultura de la violación. Muchos de mis diarios ubican acontecimientos, lugares y actos violentos que he padecido en la carne, pero que también he reproducido bajo un ideal moral de lo “bueno” y lo “malo”.  

Aportes del seminario 

Lo aprendido en el seminario me ha permitido comenzar cambios en mis relaciones interpersonales, incluso me ha llevado a cuestionar mucho esa pasividad “cómoda” en dónde me instaurado. El “privilegio” que tengo al ser alguien “blanqueado por las instituciones” y el complejo de identidad que esto genera desde hace muchos años, no solo hablo del binarismo hombre-mujer, sino por existir en un “no ser” marcado por jerarquías de raza y clase. Personalmente me cuestioné muchos años la “ascendencia familiar (consanguínea)”, pregunté a muchos sobre el “origen de los abuelos”, algunas veces me respondían que el bisabuelo materno nació en España, cosa que confirmó mi bisabuela. Así, busqué más “pruebas de origen” y encontré que mi abuela materna directa es de línea indígena, en parte, ella lo relata por la herencia culinaria que tiene, aunque ya no recuerde mucho de ello. Comencé a reconocerme como mestiza blanqueada, dentro de las consideraciones de raza y en parte a mirar detenidamente la herencia violenta que tengo. Me acerque a Silvia Rivera Cusicanqui por su resemantización del concepto del mestizo acomplejado hacia ch'ixi enriquecido de diferentes maneras por “culturas contradictorias”.  

Además, las herramientas del seminario me han sensibilizado de maneras profundas respecto a la raza y la violencia que se vive a causa del sesgo de género y la herida colonial. En Angela Davids, activista estadounidense por la comunidad negra, vi de manera muy detallada y sensible varios procesos de colonización sobre el cuerpo de las mujeres negras (cosa que me llevo a cuestionar el privilegio), agresiones como la violación, y realidades basadas en creencias donde personas negras y latinas son condenadas por un sistema estructuralmente racista. 

Desconexión parcial 

Hay algunas desconexiones con los textos por mis estados anímicos derivados de las peleas y la situación económica de mi casa, también por la muerte de mi mejor amigo y de personas cercanas a mi entorno en general, la situación de la pandemia ha sido muy compleja. He tenido ataques de depresión en donde no he querido hacer nada por días y semanas enteras, además me he hecho cargo de las labores de la casa, entre cocinar y mantener limpio y lavado todo. 

Conclusiones 

  • Este ejercicio ha enriquecido mi experiencia, creo que elaborar los diarios y leerlos me ha permitido darme cuenta de violencia en los comportamientos, emociones y relaciones que muchas veces dirijo hacia los demás sin consideración. 

  • Me ha permitido comprometerme más con el feminismo, e intentar buscar una manera de luchar y aterrizar todo el conocimiento que me ha dado la academia filosófica. 

  • Justo a la profe entendí que la carrera de filosofía no es crítica en sus contenidos. 

  • Me ha permitido entender mejor mi identidad al apropiarme de mi territorio cuerpo y resignificarlo de múltiples maneras. 

  • En parte me ha llenado de ánimos y esperanzas. 

Pregunta final 

¿Qué prácticas podemos implementar desde nuestro cotidiano para comenzar a sanar la herida colonial?

Socialización: 

https://youtu.be/sKQ2dILUkBI

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